Los diferentes tipos de arranques los podemos clasificar según la temperatura de la carcasa y del rotor en el momento de iniciarlos. Aunque los fabricantes de turbinas hablan de 3 tipos de arranques (fríos, templados y calientes), en realidad hay dos situaciones adicionales: los arranques superfríos, y los rearranques. La diferencia fundamental es la rampa de subida de carga, ya que cuanto más frío sea el arranque será necesario una subida progresiva más suave, para conseguir un calentamiento uniforme que minimice las tensiones térmicas en el metal.
Los fabricantes de las turbinas los suelen dividir en tres grupos:
Adicionalmente, existen dos tipos más de arranques:
La diferencia fundamental está en la temperatura de la carcasa y del rotor en el momento de inicio del arranque. Debido a que la carcasa y el rotor se calientan a diferente ritmo por tener masas diferentes (la carcasa es más pesada que el rotor), lo que obliga a una subida controlada en carga. El estrés térmico y la dilatación diferencial entre la carcasa y el rotor marcan la velocidad de esa subida de potencia. Las diferencias en tiempo son menos acusadas que en la turbinas de vapor, por ejemplo. Un arranque frío con subida de carga hasta la plena potencia puede completarse entre 30 y 45 minutos, mientras que para un arranque caliente pueden ser necesarios menos de 15.
Las 5 fases en que puede dividirse el arranque de una turbina de gas son las siguientes:
1 Funcionamiento en virador
Para asegurar el reparto de pesos a lo largo del eje de rotación en caso de parada prolongada es necesario que la turbina gire en virador durante unas horas, evitando así deformaciones producidas al enfriarse de forma no homogénea. Si tras la parada ha estado funcionando en virador, está fase ya está realizada.
2 Preparación para el arranque
3 Inicio y subida hasta velocidad de barrido de gases
4 Aceleración hasta velocidad de sincronismo. Paso por velocidades críticas
5 Sincronización y Subida de carga hasta la potencia seleccionada