En pleno siglo XXI cuando se quiere abordar un proyecto industrial de cualquier naturaleza hay que estudiar cual será el impacto ambiental de la actividad.
Aunque es cierto que aún existen países en los que no es obligatorio.
Estos estudios previos tienen un objetivo: determinar una serie de medidas correctoras que eviten que el medioambiente sufra un impacto negativo inasumible.
El Estudio de Impacto Ambiental se define como “el conjunto de estudios y sistemas técnicos que permiten estimar los efectos que la ejecución de un determinado plan, programa, proyecto, obra o actividad causa sobre el medio ambiente”.
Un ciclo combinado emite una serie de gases a la atmósfera que están normalmente vigilados de acuerdo con la normativa de cada país y con los compromisos internacionales que éstos adquieren.
Los efluentes líquidos de una central de ciclo combinado provienen del circuito de refrigeración y de los distintos procesos que se llevan a cabo.
En cuanto al agua de refrigeración, las características del vertido dependen del sistema de refrigeración (circuito abierto o circuito cerrado, con torre de refrigeración) y del origen del agua que se utilice (agua de mar o agua dulce).
El ruido es un aspecto medioambiental cuya importancia ha ido aumentando en los últimos años. Es difícil definir el ruido con precisión.
Residuos tóxicos y peligrosos: como pueden ser:
Una central de ciclo combinado puede verse afectada por accidentes o situaciones anómalas que supongan un riesgo medioambiental. Las normas ISO 14000 y las propia lógica indican que es necesario estudiar esos accidentes potenciales y modos de funcionamiento anormales que pudieran tener un impacto medioambiental negativo, para tratar de minimizar sus efectos.
Algunos ejemplos pueden ser: Roturas de tuberías de aguas de refrigeración, Derrames de aceites, Derrames de ácido sulfúrico o Fugas de metano entre otros.