Para conseguir un correcto control químico en el agua de caldera debemos vigilar básicamente tres parámetros:
- Oxígeno disuelto.
- pH.
- Sales / conductividad
En función del material con el que estén construidos los calentadores del agua de alimentación, el pH debe mantenerse entre 8.8-9.2 cuando hay presencia de cobre, y mayor de 9.2 cuando no hay tal presencia. Un pH mayor de 11 podría provocar corrosión cáustica mientras que un pH menor de 8,5 provocaría corrosión en metales y juntas de estanqueidad.